Pegatinas en las farolas, carteles en las paredes, folletos por debajo de las puertas... Elecciones democráticas. Vota por mí, no lo hagas por él; yo te prometo, él te miente; yo cumplo, él no. Promesas y más promesas, vigentes lo que dura el adhesivo de las pegatinas en las farolas.
FRAN.
Hace 1 hora
5 comentarios:
Francis,
Mal necesario a nivel mundial, donde nos preciamos de ser democráticos y no vemos más que un intercambio obscuro de intereses varios. Sean países, elegantemente llamados en vías de desarrollo o los progress o de primer nivel (es que yo por ser mexicana soy ciudadana del mundo de segundo o tercer nivel?)
Caso interesante es lo que estamos viviendo con los vecinos de USA, dónde la potencia mundial vive el mismo teatro de promesas y dónde los ingenuos, queremos apostar por las promesas de un hombre "diferente".
Ahora, en las elecciones vividas en tu país, dicen que esencialmente se usó el voto útil: todos contra la derecha conservadora.... Mirá no estoy muy al tanto, pero es triste ver que una minoría ultraconservadora, quiera regresar a tu país a una etapa mediaval le llamaría yo. En lo personal, aplaudo el triunfo de Zapatero.
Saludos.
Verás Dulce, no malinterpretes mis palabras. Esta entrada no representa un canto antidemocrático, sino un canto contra ese engendro en que a mí parecer se está convirtiendo la democracia en mi país y, según lo que observo, en todo el mundo.
Éstas son las palabras de una persona que se siente profundamente decepcionada con la clase política aquí y en todas partes, con tantas y tantas palabras vacías de contenido, con tantas promesas incumplidas, con tanta demagogia, con tanta política estéril...
La campaña electoral recién terminada en España ha sido lamentable por parte de todos los partidos en liza. Y conste que no salvo a ninguno. Una continua retahíla de reproches e insultos, una constante exaltación de lo que han hecho mal los otros por encima de propuestas verdaderamente interesantes y, sobre todo, creíbles para los ciudadanos de a pie con un mínimo de formación.
Yo percibo que los políticos y sus actuaciones cada día se alejan más de los intereses y anhelos de las personas que los encumbraron a sus cargos y me lamento de que la mayoría de ellos haya optado por el modelo semidios como atuendo con que vestir su carencia de todo sentido sobre lo que la democracia debiera ser.
Y es que, tristemente, el modelo "democrático" americano, del que muy acertadamente haces mención en referencia a sus políticos, es el modelo que se está imponiendo en todo el orbe occidental. Y es un modelo que, en mi modesta opinión, denominaría como "democracia ficticia", por la sencilla y única razón de que es un modelo bipartidista cerrado, en el que cualquier sensibilidad ajena a los dos partidos mayoritarios carece de cualquier posibilidad de hacerse escuchar. En esta "democracia" a los ciudadanos se les da todo masticado y digerido en la forma de dos únicas opciones por las que definirse: blanco o negro; eso sí, todo presentado en un espectáculo de fuegos artificiales al más puro estilo Hollywood (la pertinente campaña electoral) en que se le hace creer a las gentes de buena fe que en sus manos está la definición de la política estatal y que "ellos pueden cambiar el mundo". Lo único cierto es que tras el breve lapso que representan las elecciones lo único que impera es una "democracia financiera" que se mueve al ritmo del vil metal (en estos tiempos ni eso, pues casi todo el dinero es digital y no es tangible), y que olvida o sitúa en un término muy secundario el plano social.
Por supuesto que una dictadura es muchísimo peor, pero esta "democracia", que en su sentido etimológico debiera ser el gobierno del pueblo, lo es, pero sin el pueblo, pues solo hace uso de él un día cada cuatro o cinco años para que escojan ¡blanco o negro!
Por todo ello, estimada Dulce, estoy agotado de democracia y decepcionado con el estamento político. Porque yo creo en una "democracia social", y no financiera; porque creo en una "democracia participativa" y no supeditada a los manejos de los partidos de turno, y porque yo, sí creo que las personas de bien "podemos cambiar el mundo".
A pesar de todo, sin embargo, yo también voté en las pasadas elecciones a presidente y gobierno de mi país, y aunque no soy proclive a manifestar por estos medios el sentido de mi voto, creo que mi ideología está más que clara.
Vaya, casi me olvido en medio de tanto fervor redactor...
¡Cordiales saludos!
Francis,
Toda la razón, no era debate de posturas políticas, más no pude evitar sacar a la luz el animal político que habita en cada uno de nosotros. Es verdad que todo proceso electoral a nivel mundial, deja tras de sí una estela de desencanto, ya que muchos nos alimentamos de ilusiones y esperanzas, aún en el terrenal mundo de la política, la administración pública, la economía etc.
Sabes, en mi país, hay pluripartidismo, y si bien me puedo engañar pensando que si hay más opciones que blanco y negro, sé que muchas opciones políticas son subsidiadas por los poderosos para dividir el voto, en realidad no sé que sea mejor.
Otra verdad es que a muchas personas de buenas intenciones, leáse políticos sinceros, les cuesta mucho caminar por el fango sin ensuciarse.
Bien, no puedo ni puedes negar, que de algún modo es grato escuchar un "Yes we can", para alimentar una esperanza...
Un abrazo.
Vaya, lo siento Dulce. Tus últimas palabras me han hecho reflexionar en que puedo haber perdido la esperanza con los políticos y en verdad está mal, pues nunca debe perderse del todo con respecto a nada ni a nadie.
Al fin y al cabo ellos son tan personas como tú o como yo, que aciertan y cometen errores por igual. Aunque sigo lamentando que los derroteros por los que han conducido a nuestra preciada democracia y la siguen conduciendo no llevan a buen fin.
Aún así estás en lo cierto, debemos (debo) mantener, al menos, un resquicio de esperanza, porque a mí también me gusta escuchar alto y claro el "Sí, podemos (conseguirlo)".
Un abrazo.
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