lunes, 15 de marzo de 2010

El Último Catón

"Justo donde comenzaba el margen a nuestra derecha, el suelo de piedra aparecía maravillosamente tallado con escenas en relieve y, tal y como Dante contaba, la primera era la caída en picado de Lucifer desde el cielo. Podía verse el rostro del bellísimo ángel con un terrible gesto de enfado mientras tendía las manos hacia Dios en su caída, como implorando misericordia. Los detalles estaban tan cuidadosamente reflejados que era imposible no sentir un escalofrío ante semejante perfección artística.
—Es de estilo bizantino —comentó el profesor, impresionado—. Miren ese Pantocrátor justiciero contemplando el castigo de su ángel predilecto.
—La soberbia castigada... —murmuré.
—Bueno, esa es la idea, ¿no?
—Sacaré la Divina Comedia —anunció Glauser-Röist, acompañando la palabra con el gesto—. Debemos comprobar las coincidencias.
—Coincidirá, capitán, coincidirá. No le quepa duda.
La Roca hojeó el libro y levantó la cabeza con una sonrisa en la comisura de los labios.
—¿Saben que los tercetos de esta serie de representaciones iconográficas empiezan en el verso 25 del Canto? Dos más cinco, siete. Uno de los números preferidos de Dante."

Matilde Asensi.

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