domingo, 18 de febrero de 2007

Apocalypto

Si vas a ver Apocalypto con la idea preconcebida de contemplar un "documental" sobre los momentos finales de la civilización maya, mejor quédate en casa, pues, a buen seguro, acabarás decepcionado. Si, por el contrario, vas a ver Apocalypto con la mente abierta y dispuesta a dejarse llevar por una historia sencilla, muy bien elaborada, y que te transportará a un mundo distante hace mucho extinguido, puedes gastarte el dinero de tu entrada con toda tranquilidad, pues abandonarás la sala de proyección absolutamente encantado. Ni que decir tiene que pertenezco a este segundo grupo de espectadores.

La última -y nuevamente polémica- película del controvertido Mel Gibson pertenece a ese género tan característico de las "cacerías humanas", en la línea de un "Acorralado" o "El Fugitivo", que tanto éxito cosecharon tiempo atrás. En este marco, el declive de la civilización maya es solo un pretexto, un telón de fondo sobre el que se desarrolla la acción principal a modo de reclamo para el espectador. Así y todo, la recreación visual de esta cultura es soberbia, ofreciéndonos un espectáculo a los sentidos pocas veces igualado en otras películas de temática histórica -no se permitan ni un parpadeo en toda la escena desarrollada en la ciudad maya-.

Apocalypto es visceral, descarnada y brutal, con escenas de violencia extrema y una crudeza que herirá muchas sensibilidades. Es muy sangrienta -según algunos sectores de la crítica, demasiado-, no lo negaré, pero discrepo con quienes consideran "tanta sangre" gratuita. A mi parecer le vendría mejor el calificativo de "hiperrealista", pues nos está mostrando sin trabas ni cortapisas el modus operandi cotidiano de una sociedad violenta; el comportamiento natural de una civilización guerrera e imperialista que basaba su preeminencia en la conquista y absoluto sometimiento de otras tribus "subdesarrolladas". Tal civilización practicaba los sacrificios humanos de manera habitual para honrar o aplacar a sus deidades y, generalmente, las personas sacrificadas las tomaban de sus cautivos. Hasta aquí el planteamiento que sobre "esta cultura maya" nos hace Gibson, pues es lo que a él verdaderamente le importa resaltar como contrapunto a esa otra cultura tribal mucho más bucólica a la que pertenece nuestro fugitivo protagonista, Garra de jaguar. No voy a entrar -ni quiero- en si esa visión del mundo maya es fiel a la realidad o no -en parte sí y en parte no-, pero creo que no es lo esencial de esta película, como ya he argumentado.

No obstante, Apocalypto también tiene momentos de gran ternura, en los que el director se mueve con tanta maestría como en las escenas de más pura acción -a resaltar todos aquellos anteriores a la aparición de los mayas en que se nos muestra de un modo íntimo y "cercano" la vida familiar del protagonista y su pueblo-. Amén de intriga, tensión y aventura a raudales, con escenas como la del jaguar o la cascada que quitan el hipo.

Por todo ello Apocalypto es una experiencia única que no te despegará de la butaca ni los ojos de la pantalla. Incluso te olvidas por completo de que los diálogos son hablados en un dialecto maya, y que tienes que desviar tu vista por segundos a los otras veces engorrosos subtítulos. Resumiendo, una aventura épica colosal rayana al sobresaliente.

FRAN.

FICHA TÉCNICA:
Dirección: Mel Gibson.
País: USA.
Año: 2006.
Duración: 139 min.
Género: Acción, aventuras, drama.
Interpretación: Rudy Youngblood (Jaguar Paw), Dalia Hernández (Seven), Jonathan Brewer (Blunted), Gerardo Taracena (Middle Eye), Raoul Trujillo (Zero Wolf), Rodolfo Palacios (Snake Ink), Fernando Hernández Pérez (sumo sacerdote), María Isidra Hoil (oráculo).
Guión: Mel Gibson y Farhad Safinia.
Producción: Bruce Davey y Mel Gibson.
Música: James Horner.
Fotografía: Dean Semler.
Montaje: John Wright.
Diseño de producción: Tom Sanders.
Vestuario: Mayes C. Rubeo.

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