jueves, 15 de febrero de 2007

Sabor Amargo

Poco se puede decir desde estas líneas que los medios no hayan dejado bien claro ya. Pero creo que un breve comentario al bochornoso espectáculo que supuso la Gala de elección de la Reina del Carnaval 2007 de Santa Cruz de Tenerife es obligatorio.

No me gustó nada, como creo que a casi nadie en el Archipiélago. Y no me gustó nada porque no fue una gala de carnaval, al menos no como los chicharreros entendemos que debe ser una gala de carnaval. Nuestro carnaval es la fiesta del pueblo, de ese pueblo que se "curra" con su esfuerzo durante seis meses cada año unos disfraces, unas canciones y unos bailes. De ese pueblo que espera ansioso la Gala de elección de la Reina como el pistoletazo de salida para el verdadero carnaval, el de la calle. Ese pueblo, el pueblo tinerfeño, ve en "su Gala" el escaparate de sus fiestas más importantes y queridas. Y ese pueblo se siente hoy totalmente defraudado con lo que ha visto en ese escaparate, siente que le han tomado el pelo, que se han reído de él en su cara y en su casa.

El señor Rafael Amargo puede ser muy bueno como bailarín y coreógrafo -al menos yo no voy a ponerlo en duda- pero, obviamente, no tiene ni la menor idea de lo que es una gala de carnaval, ni cómo dirigirla. Nada bueno vaticinaban los aires de prepotencia y soberbia con que llegó a la isla. Se le pagó una fortuna -un millón de euros- desde las arcas municipales; no se dejó asesorar por nadie; hizo y deshizo -más bien esto último- sin dar explicaciones y dejando un rastro de heridos en su orgullo por el camino; nos impuso un espectáculo de variedades más propio de la gala de Miss España o de Noches de Verano, todo ello aderezado con "famosillos" de tercera división; y lo más grave, destrozó las ilusiones de miles de comparseros, murgueros y carnavaleros de pro que sueñan cada año con su minuto de gloria sobre el escenario de la Gala. A mi parecer, por tanto, este señor es un sinvergüenza, pero aún más sinvergüenzas son quienes le contrataron, le "regalaron" el dinero de los santacruceros, le dieron carta blanca para dirigir la Gala cual Franco caudillo de España y consintieron todos sus desmanes mirando para otro lado.

Voy a ser malo: ¿Dónde estabas, Zerolo, cuando se veía venir lo que iba a pasar con la Gala?
¿cómo se puede tener hoy la cara tan dura de decir que vas a reclamar daños y perjuicios a Rafael Amargo por la imagen dada? ¿no eres tú el responsable último de todo lo sucedido, o al menos tu consejal de fiestas? Esta vez no creo que basten con unas simples excusas... ¡y las elecciones están a la vuelta de la esquina!

FRAN.

Análisis detallado de la gala aquí.

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