Si hay algo que he aprendido, es que la piedad es más inteligente que el odio, que la misericordia es preferible aún a la justicia misma, que si uno va por el mundo con mirada amistosa, uno hace buenos amigos.
Una vuelta de tuerca a la actualidad, al arte, al cine, a la historia... Todo a través del particular prisma de Frangarod y de un gato encantado de la Luna.
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