Parece ser que no. Y todo ello a tenor de las revolucionarias investigaciones de un grupo de científicos alemanes que, una vez descubierta la región de nuestro cerebro donde se almacenan las "intenciones", han logrado leer éstas mediante un sofisticado escaner cerebral.
El experimento fue practicado en 21 voluntarios con resultados satisfactorios en todos los casos. Las aplicaciones futuras son inimaginables: desde su uso en interrogatorios policiales para prever conductas criminales hasta la posibilidad de que personas físicamente impedidas puedan manipular aparatos electrónicos y robóticos con solo pensarlo.
El dilema ético-moral también está abierto: ¿tiene alguien derecho a introducirse en el espacio privado de nuestras mentes? ¡"Minority Report" está más cerca de lo que nunca creyéramos posible!
FRAN.
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Hace 1 hora
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