Hermosas palabras de una de las mentes más lúcidas que dio el siglo XX. Resulta absurdo, por no decir tremendamente estúpido, con qué facilidad nos hacemos daño los seres humanos y con cuánta ignorancia dañamos también al único planeta conocido que puede darnos cobijo. Tenemos un único hogar, la Tierra, y toda la humanidad tendría que estar implicada con absoluta convicción en su bienestar, como si de un ser vivo se tratara, pues solo ella es en verdad sinónimo de vida, al menos por ahora. Sin embargo, aunque resulte paradójico, la mayoría siquiera repara en ello, ¡tan absortos están en pelearse con sus vecinos! Pero la realidad, guste o no, es que somos motas de polvo en el vasto universo, insignificantes "lágrimas en la lluvia" que nos iremos, a escala cósmica, en el mismo milisegundo que abrimos los ojos en esta pequeña roca esferoide. Y al final nada de lo que hagamos, por muy glorioso que pueda parecernos, perdurará en el tiempo. Solo un acto humano tendría sentido y solo una cosa nos concedería la codiciada "inmortalidad": Preservar la vida.
FRAN.
Gracias a María por compartir conmigo este "mensaje de vida".
Hace 54 minutos
2 comentarios:
Durante los cuatro años de carrera me pregunté acerca de la sensibilidad, no de la sensibilidad estética, sino de la sensibilidad en general. Me lo pregunté casi cada día y, al final, llegué a la conclusión de que el 90% de las personas que me rodeaban allí tenían o simulaban tener "mucha" de esa sensibilidad estética, si bien jamás llegarían a alcanzar la verdadera sensibilidad. Carecían de empatía.
El siguiente paso fue interrogarme sobre la posibilidad de disfrutar de una obra de arte sin identificarte con la obra o el artista... En fin, supongo que sabes a dónde quiero llegar. Gracias por ser del grupo del 20%.
Gracias a ti por tus amables palabras y bienvenida a este pequeño espacio sin más pretensiones que intercambiar puntos de vista con la gente sensible "que vuela" por la red.
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